No tiene nada de malo que nos pongamos creativos para atraer la atención de las personas a nuestros negocios, sin

embargo, consideramos que
alterar la realidad o el propósito de dichos concursos además de estar mal,
afecta el desarrollo de un artista. Y no hablo por hablar, puesto que en su momento yo fui uno de esos participantes que ilusionado vendía mis boletos, ensayaba mis temas, convocaba a mis seguidores,
bajo la promesa de grabar un disco y lograr lo que yo anhelaba: dar a conocer mi trabajo.
Desafortunadamente ese era el sueño pero le realidad es y sigue siendo otra, seguimos viviendo en una ciudad en la que en cualquier bar, sea nuevo o ya conocido, se realizan concursos de canto nivel aficionado que maquillan hábilmente como plataforma al éxito, con el único propósito de atraer gente los días que no hay. Entre venta de boletos, reservación de mesas y consumo, el único que gana realmente es el organizador.

Se ha hecho costumbre ofrecer premios como
Grabación de discos y eso alienta a los cantantes amateurs a “
soñar en grande y pagar la inscripción”, porque claro, inscribirse tampoco es gratis. Y al final lo que prometía ser una oportunidad de surgir para un aspirante, termina siendo una experiencia más y unos pesos menos en sus bolsillos,
la casa nunca pierde.
Otra estrategia común es atraer personalidades del medio musical para crear una expectativa mayor, pero los resultados siguen siendo los mismos, no se ha sabido sustancialmente de un artista local que haya surgido o tenga un proyecto serio en la actualidad, impulsado por uno de estos concursos. En algunos casos incluso, no les han cumplido lo prometido como premio, sin embargo, la perseverancia de un artista o un soñador es firme.
Absurdo sería sugerir que alguien regulara estos eventos puesto que no se le obliga a nadie a participar, pero sí creo

que debe existir una
total transparencia y honestidad a la hora de organizar, ofrecer
premios reales, definir y dejar en claro a los aspirantes si se trata de
un simple concurso de aficionados o si realmente es una plataforma que pretende impulsar al talento, que el jurado esté conformado por personas preparadas, un jurado profesional mínimo conoce de expresión corporal, expresión escénica, afinación, cuadratura
lo que menos quiere el artista es que su trabajo sea criticado, juzgado o calificado por un individuo incompetente.
Si bien es cierto que la ciudad está llena de verdaderos talentos, también hay una gran cantidad de aficionados que gustan del canto y tienen todo el derecho de sentirse artistas aunque sea por una noche, aunque sea por una etapa, pero el hecho de no querer la música como una carrera, no otorga el derecho a que se burlen o menosprecien el valor que se requiere para pisar un escenario.